No te metas con mi oenegé
Dios mĂo, como ha sido rapidĂsima la recciĂłn del binomio caviarada - embajada, un espacio donde la plata oenegĂ© ha fluido por dĂ©cadas como vino en una boda italiana. Claro, es plata regalada y ¿quiĂ©n podrĂa molestarse que se lo tiren en cocteles y reuniones contra la pobreza en hoteles cinco estrellas, o campañas contra la corrupciĂłn siendo los menos transparentes?
No se para
que realmente servirá el proyecto de ley del congresista Muñante, que cada que
puede destila venenito conservador. Pero las oenegés y demás adláteres (no confundir
con el ministerio de la mujer o el de cultura que son prácticamente lo mismo pero
con otro logo), no quieren rendir cuentas a nadie de su plata regalada. ¿Pero
ustedes creen que las embajadas más nice no triangulan sus coctelillos a través
de la lavadora-mesa de partes llamada APCI?
Al final
este proyecto de Muñante solo puede haber servido para una cosa, por lo demás evidente,
y es que tilde más o tilde menos, la caviarada quiere seguir rentándose (con
todo gusto) a agendas caviares del exterior e “incidir” como es la clásica: “compare,
hay que hacer algo por el paĂs, pero primer mi asuntito, de unas consultorĂas que
te comentĂ©, quiero conversar con tu primo el ministro…”. Porque, ¿quiĂ©n no quiere discutir sobre la corrupciĂłn
y pobreza con un gin-tonic en la mano y una bandeja de jamĂłn del paĂs al lado? Luego
a primera hora, el caviar elucubrando su agenda en AmpliaciĂłn de Noticias de
RPP.
REFERENCIAS

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