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No te metas con mi oenegé


 Dios mĂ­o, como ha sido rapidĂ­sima la recciĂłn del binomio caviarada - embajada, un espacio donde la plata oenegĂ© ha fluido por dĂ©cadas como vino en una boda italiana. Claro, es plata regalada y ¿quiĂ©n podrĂ­a molestarse que se lo tiren en cocteles y reuniones contra la pobreza en hoteles cinco estrellas, o campañas contra la corrupciĂłn siendo los menos transparentes?

No se para que realmente servirá el proyecto de ley del congresista Muñante, que cada que puede destila venenito conservador. Pero las oenegĂ©s y demás adláteres (no confundir con el ministerio de la mujer o el de cultura que son prácticamente lo mismo pero con otro logo), no quieren rendir cuentas a nadie de su plata regalada. ¿Pero ustedes creen que las embajadas más nice no triangulan sus coctelillos a travĂ©s de la lavadora-mesa de partes llamada APCI?

Al final este proyecto de Muñante solo puede haber servido para una cosa, por lo demás evidente, y es que tilde más o tilde menos, la caviarada quiere seguir rentándose (con todo gusto) a agendas caviares del exterior e “incidir” como es la clásica: “compare, hay que hacer algo por el paĂ­s, pero primer mi asuntito, de unas consultorĂ­as que te comentĂ©, quiero conversar con tu primo el ministro…”.  Porque, ¿quiĂ©n no quiere discutir sobre la corrupciĂłn y pobreza con un gin-tonic en la mano y una bandeja de jamĂłn del paĂ­s al lado? Luego a primera hora, el caviar elucubrando su agenda en AmpliaciĂłn de Noticias de RPP. 

  REFERENCIAS 

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 AUTOR: Fabricio H. Cjuno Quispe 
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 Cita recomendada: Cjuno, Fabricio (2024). “No te metas con mi oenegĂ©”. 

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